martes, 6 de diciembre de 2011

Seis grandes compañías agroquímicas acusadas de crímenes contra la humanidad


A partir del 3 al 6 de diciembre de 2011, el Tribunal Permanente de los Pueblos (PPT) por sus siglas en inglés, se reunirá en Bangalore, India para escuchar casos contra seis empresas agroquímicas multinacionales que están acusadas de violar los derechos humanos. Esto ha sido mediante el fomento de la confianza en la venta y uso de agrotóxicos reconocidos de menoscabar los derechos internacionales y de destruir la salud, el sustento y la vida.

La Red de Acción en Plaguicidas Internacional (PAN) por sus siglas en inglés, llevará a cabo el tribunal popular contra las corporaciones gigantes de agrotóxicos responsables de innumerables violaciones contra los derechos humanos. Los acusados serán: Monsanto, Dow, BASF, Bayer, Syngenta and DuPont denominados como los Seis Grandes.

Estas multinacionales son las más poderosas del mundo, controlan el 74% del mercado global de los agrotóxicos y el 49% del mercado de las semillas. Su poder ha sido ejercido, violando los derechos humanos a la vida, la salud y el sustento de todo el mundo. A su vez promueven agrotóxicos altamente contaminantes como lo son el endosulfán, paraquat y neonicotinoides, estos últimos, altamente tóxicos para las abejas.

Se estima que 355.000 personas mueren cada año por envenenamiento no intencional de sustancias químicas tóxicas, según la Organización Mundial de la Salud, muchos de estos por el uso o la exposición a plaguicidas y otros agroquímicos.

El Tribunal Permanente de los Pueblos, es un tribunal internacional creado en 1979, escuchará testimonios de científicos, médicos y abogados para probar los cargos a través de testimonios de expertos sobre los plaguicidas, ingeniería genética, los derechos de propiedad intelectual y otros temas afines a los casos en cuestión.

Durante el PPT también se presentarán los testimonios de agricultores, trabajadores agrícolas, los apicultores, madres, jóvenes, científicos y consumidores de todo el mundo, donde darán sus testimonios de las causas y la naturaleza de sus lesiones.

Los casos serán atendidos durante un juicio de cuatro días en Bangalore, a partir de 3 de diciembre. Si bien el Tribunal no tiene peso legal, y no puede sancionar a las empresas, este tiene como objetivo exponer y dar a conocer violaciones de los derechos humanos a gran escala.

PAN, red global compuesta por 600 organizaciones en 90 países, hace años que ha estado recogiendo información para llevar a cabo las acusaciones y la búsqueda de justicia por más de 25 casos específicos, como Silvino Talavera, niño paraguayo de 11 años de edad, que murió días después de la inhalación de una nube del herbicida Roundup de Monsanto, rociado por un avión fumigador. Durante el juicio también se escuchará la evidencia de la relación entre el uso de plaguicidas y una disminución de las abejas.

También bajo proceso se encuentran, el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio. Estas entidades se encargan de facilitar la concentración de empresas de energía a través de sus políticas y programas. Además, los gobiernos de Suiza, Alemania y los Estados Unidos - los países de origen de las seis empresas demandadas - han sido acusados de connivencia con, y de no regular el poder corporativo.

Tribunal de los Pueblos

El Tribunal Permanente de los Pueblos nació de la obra por el italiano Basso Senador Lelio, y sirve como base, juez ad hoc para considerar los cargos y emitir veredictos sobre las denuncias de violaciones de derechos humanos presentadas por las víctimas o sus grupos representativos.

Desde 1979, el PPT ha celebrado 35 sesiones de exposición de las diversas formas de abusos contra los derechos humanos en casos como el desastre de Bhopal, la soberanía del Tíbet y la intervención de los EE.UU. en Nicaragua.

Se espera que el veredicto sea entregado el 6 de diciembre, y de lugar a un mayor debate en las instituciones de las Naciones Unidas sobre las corporaciones de agroquímicos responsables de los delitos relacionados con el impacto de sus productos.

Para apoyar al Tribunal Permanente de los Pueblos por favor firme aquí:

Para personas:
http://action.panna.org/p/dia/action/public/?action_KEY=8732

Para firmas de organizaciones o individuos:
http://www.agricorporateaccountability.net/en/page/general/17

Artículo basado en:
Permanent Peoples´ Tribunal 2011
http://www.cbgnetwork.de/4163.html

RAPAL Uruguay

Noviembre 2011


 




 

domingo, 27 de noviembre de 2011

Es hora de parar la guerra contra la Tierra, Vandana Shiva

26 Noviembre 2011

Vandana Shiva: Es hora de parar la guerra contra la Tierra

Discurso de Vandana Shiva al recibir el Premio Sydney por la Paz (2010)



Hoy en día, cuando pensamos en la guerra, nuestra mente se torna hacia Iraq y Afganistán. Pero la guerra más grande es la guerra contra el planeta. Ésta tiene sus raíces en una economía que no respeta límites ecológicos y éticos - límites a la desigualdad, límites a la injusticia, límites a la codicia y la concentración económica.

Un puñado de empresas y de potencias busca controlar los recursos de la Tierra y transformar el planeta en un supermercado en el que todo está en venta. Quieren vender nuestro agua, genes, células, órganos, conocimientos, culturas y nuestro futuro.

La guerras duraderas en Afganistán, Iraq y las que les han seguido no son sólo sangre por petróleo. A medida que ellas se desarrollan, vemos que son sangre por alimentos, sangre por genes y biodiversidad y sangre por agua.

La metalidad guerrera subyacente a la agricultura bélico-industrial es obvia en los nombres de los herbicidas de Monsanto- Round-Up, Machete, Lasso. American Home Products, que se ha fusionado con Monsanto, da a sus herbicidas nombre igualmente agresivos, incluyendo "Pentagon" y "Squadron". Es la lengua de la guerra. La sustentabilidad se basa en la paz con la Tierra.

La guerra contra la Tierra comienza en la mente. Los pensamientos violentos dan forma a acciones violentas. Categorías violentas construyen herramientas violentas. Y en ninguna parte esto es tan vivaz como en las metáforas y métodos en los que se basa la producción industrial, agrícola y alimentaria. La fábricas que produjeron venenos y explosivos para matar a la gente durante las guerras han sido transformadas en fábricas productoras de agroquímicos al terminar las guerras.

El año 1984 me hizo ver que algo no estaba bien en la manera en que los alimentos se producían. Con la violencia en el Punjab y el desastre en Bhopal, la agricultura parecía guerra. Fue entonces que escribí La Violencia de la Revolución Verde, y por eso mismo lancé Navdanya como un movimiento por una agricultura libre de venenos y productos tóxicos.

Los pesticidas, que en un principio se utilizaron como químicos bélicos, no pudieron controlar las plagas. La ingeniería genética iba a ofrecer una alternativa a los productos químicos tóxicos. Al contrario, ha llevado a un mayor uso de pesticidas y herbicidas y desatado una guerra contra los campesinos.

Los altos costos de los insumos y productos químicos hacen que los agricultores caigan en la trampa de la deuda - y la tampa de la deuda lleva a los agricultores al suicidio. De acuerdo a datos oficiales, en la India más de 200 000 campesinos se han suicidado desde 1997.

Hacer la paz con la Tierra siempre ha sido un imperativo ético y ecológico, que se ha convertido ahora en un imperativo para supervivencia de nuestra especie.

La violencia contra el suelo, la biodiversidad, el agua, la atmósfera, el campo y los campesinos produce un sistema alimentario marcial que no puede dar de comer a la gente. Un billón de personas sufre hambre. Dos billones sufren de enfermedades relacionadas con la alimentación: obesidad, diabetes, hipertensión y cáncer.

Hay tres niveles de violencia implicadas en el desarrollo no sustentable. El primero es la violencia contra la Tierra, que se expresa en la crisis ecológica. El segundo es la violencia contra gente, que se expresa en la pobreza, la indigencia y el desplazamiento. El tercero es la violencia de la guerra y el conflicto, cuando los poderosos echan mano a los recursos que están en otras comunidades y países para satisfacer su apetito que no tiene límites.

Cuando cada aspecto de la vida es comercializado, vivir se hace más caro, y la gente se empobrece, incluso si ganan más de un dólar al día. Por otra parte, la gente puede ser rica en términos materiales, incluso sin economía monetaria, si tienen acceso a la tierra, si los suelos son fértiles, si los ríos están limpios, su cultura es rica y mantiene la tradición de construir casas y prendas bonitas, buena comida, y hay cohesión social, solidaridad y espíritu comunitario.

La ascensión del dominio del mercado, y de la moneda en tanto que capital producido por el hombre, a la posición de principio superior organizativo de la sociedad y única forma de cuantificar nuestro bienestar ha llevado al debilitamiento de los procesos que mantienen y sostienen la vida en la naturaleza y la sociedad.

Entre más ricos nos hacemos, somos ecológica y culturalmente más pobres. El aumento en el bienestar económico, medido en dinero, lleva al aumento de la pobreza en los aspectos material, cultural, ecológico y espiritual.

La verdadera moneda de la vida es la vida misma, este punto de vista lleva a varias preguntas: ¿cómo nos miramos a nosotros mismos en este mundo? ¿Para qué están los seres humanos? Y ¿somos simplemente una máquina de hacer dinero devoradora de recursos? O ¿tenemos un propósito más elevado, un fin superior?

Creo que la "Democracia Terráquea" nos permite imaginar y crear democracias vivientes basadas en el valor intrínseco de todas las especias, de todos los pueblos, de todas las culturas - un reparto justo y equitativo de los recursos vitales de esta Tierra, un reparto de las decisiones sobre el uso de los recursos de la Tierra.

La "Democracia Terráquea" protege los procesos ecológicos que mantienen la vida y los derechos humanos fundamentales que son la base del derecho a la vida, incluyendo el derecho al agua, la alimentación, la salud, la educación, el trabajo y el sustento.

Tenemos que escoger. ¿Obedeceremos las leyes de mercado de la codicia corporativa o las leyes de la Madre Tierra para mantener los ecosistemas terrestres y la diversidad de los seres vivos?

Las necesidades en alimentación y agua de la gente sólo pueden satisfacerse si se protege la capacidad de la naturaleza para producir alimentos y agua. Suelos y ríos muertos no dan alimento ni agua.

Por ello, defender los derechos de la Madre Tierra es el más importante de los derechos humanos y de las luchas por la justicia social. Es el más amplio movimiento pacifista de nuestra época.

* La Dra. Vandana Shiva es una física y ambientalista india, que recibio el Precio Sydney de la Paz 2010. Ésta es la versión editada de su discurso en la Ópera de Sydney el 3 de noviembre.

enviado por redecosocial@gmail.com