miércoles, 29 de abril de 2009

LA CULPA NO ES DEL CHANCHO...

Epidemia de lucro

Silvia Ribeiro*   La Jornada, 28 de abril de 2009:

La nueva epidemia de influenza porcina que día a día amenaza con expandirse a más regiones del mundo, no es un fenómeno aislado. Es parte de la crisis generalizada, y tiene sus raíces en el sistema de cría industrial de animales, dominado por grandes empresas trasnacionales.                       

En México, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población tenía una gripe común. Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente de qué virus se trataba.                                                                           

En contraste, las conclusiones del panel Pew Commission on Industrial Farm Animal Production (Comisión Pew sobre producción animal industrial), publicadas en 2008, afirman que las condiciones de cría y confinamiento de la producción industrial, sobre todo en cerdos, crean un ambiente perfecto para la recombinación de virus de distintas cepas. Incluso mencionan el peligro de recombinación de la gripe aviar y la porcina y cómo finalmente puede llegar a recombinar en virus que afecten y sean trasmitidos entre humanos. Mencionan también que por muchas vías, incluyendo la contaminación de aguas, puede llegar a localidades lejanas, sin aparente contacto directo. Un ejemplo del que debemos aprender es el surgimiento de la gripe aviar. Ver por ejemplo el informe de GRAIN que ilustra cómo la industria avícola creó la gripe aviar(www.grain.org).                                                                                                                     

Pero las respuestas oficiales ante la crisis actual, además de ser tardías (esperaron que Estados Unidos anunciara primero el surgimiento del nuevo virus, perdiendo días valiosos para combatir la epidemia), parecen ignorar las causas reales y más contundentes Más que enviar cepas del virus para su secuenciación genómica a científicos como Craig Venter, que se ha enriquecido con la privatización de la investigación y sus resultados (secuenciación que, por cierto, ya fue hecha por investigadores públicos del Centro de Prevención de Enfermedades en Atlanta, Estados Unidos), lo que se necesita es entender que este fenómeno se va a seguir repitiendo mientras prosigan los criaderos de estas enfermedades.                                                                            

Ya en la epidemia, son también trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca informó a qué costo.                                                                                                                                            

Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas: zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences, licenciado en forma exclusiva a Roche. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.                                    Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el comienzo.Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un accidente en su fábrica en Austria en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, fueron errores humanos y problemas en el proceso, del cual no puede dar detalles, porque tendría que revelar procesos patentados.                                                                             

No sólo necesitamos enfrentar la epidemia de la influenza: también la del lucro.

* Investigadora del Grupo ETC

 

Legislacion

Convención de Estocolmo sobre los COPS se convierte en ley internacional, iniciando una lucha global para eliminar 12 tóxicos peligrosos

17 de Mayo de 2004 /RAP-AL Noticias - La Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), firmada en el 2001, entró en vigor hoy 17 de mayo. Con esta medida - el convenio es ahora jurídicamente vinculante- se da inicio a un gran esfuerzo internacional para terminar con la contaminación global del planeta, con el fin de eliminar del mundo las sustancias más peligrosas; los PCBs, dioxinas y furanos, así como nueve plaguicidas extremadamente tóxicos por sus efectos crónicos y ambientales.

La Convención fue adoptada bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA). Reconoce que los contaminantes orgánicos persistentes tienen propiedades tóxicas, son resistentes a la degradación, se bioacumulan y son transportados a largas distancias, acumulándose en ecosistemas terrestres y acuáticos. Asimismo, admite que provocan problemas de salud - especialmente en países en vías de desarrollo- resultantes de la exposición local a los COPs, en particular los efectos en las mujeres y, a través de ellas, en las futuras generaciones.

Para la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina (RAP-AL), el Convenio de COPs es uno de los más importantes tratados internacionales ambientales relacionados con plaguicidas, no sólo porque el objetivo del convenio es proteger la salud humana y el medio ambiente frente a plaguicidas clorados extremadamente tóxicos, sino también porque incorpora en la parte operativa del convenio el enfoque precautorio o el Principio de Precaución.

Por tanto, si los países cumplen con lo establecido en el convenio, desarrollando en forma adecuada, seria y oportuna los Planes Nacionales de Implementación (NIP), estarán trabajando global y solidariamente para salvar vidas, evitando así seguir acumulando una carga tóxica en los organismos e hipotecando la salud y el futuro de las nuevas generaciones, en especial de los habitantes de los países más pobres. También es un gran paso adelante para proteger el ambiente y las especies silvestres, muchas de ellas en extensión o gravemente amenazadas por los COPs, como es el caso de aves ( halcones, cóndores, águilas, lechuzas) y mamíferos marinos (ballenas).


De todos los contaminantes descargados al medio ambiente por las actividades humanas todos los años, los COPS se encuentran entre los más peligrosos. Durante décadas estos productos químicos altamente tóxicos han matado y enfermado a los seres humanos y a la fauna. Contribuyen a desarrollar cánceres y afectan los sistemas nervioso, hormonal, reproductivo e inmunonológico. También han causado innumerables defectos de nacimiento y daño permanente de la capacidad intelectual.

La primera reunión de los países firmantes y partes del Convenio (Conferencia de las Partes) se llevará a cabo en Punta del Este, Uruguay, durante la primera semana de mayo de 2005.
Esperamos que los gobiernos inicien con urgencia las acciones contra los COPs y cuando se reúnan en Uruguay puedan agilizar esfuerzos para:

- Eliminar los productos químicos carcinógenos conocidos como dioxinas y furanos, los cuales son producidos de manera no intencional como subproductos de la combustión. Aunque muchas de las mejoras requeridas en las tecnologías y procesos pueden resultar costosas, particularmente para los países en vías de desarrollo, el convenio contempla ayuda técnica y financiera para implementar los planes nacionales.

- Proveer asistencia a los países que se encuentran en regiones donde persiste la malaria para sustituir el DDT por alternativas cada vez más seguras y eficaces. Hasta tanto dichas alternativas sean aplicadas, la Convención permite a algunos países, que solicitaron exenciones cuando se negociaba el convenio, continuar utilizando el DDT solamente para combatir la malaria, siempre que no disponga de alternativas locales seguras y eficaces. Los países deben hacer esfuerzos y desarrollar estrategias para eliminar finalmente el uso de DDT en campañas antimalaria.

- Apoyar esfuerzos realizados por cada gobierno nacional para desarrollar un plan nacional de aplicación. Mas de 120 países en vías de desarrollo han iniciado la elaboración de dichos planes con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

- Medir y evaluar los cambios en los niveles de COPs en el medio ambiente y en los seres humanos y la fauna para confirmar si la Convención esta realmente logrando reducir las descargas de COPs al medio ambiente.

- Establecer el comité de revisión de los COPS para evaluar productos químicos y plaguicidas adicionales para ser añadidos a la lista inicial de 12 COPs.

- Finalizar las directrices para promover las "mejores prácticas ambientales" y las "mejores técnicas disponibles" que puedan reducir y eliminar las emisiones de dioxinas y furanos.

Además de prohibir el uso de los COPs, el tratado se centra en la limpieza de las acumulaciones, en aumento de existencias no deseadas y obsoletas de plaguicidas, y productos químicos tóxicos que contienen COPs. Actualmente, vertederos y tambores que contienen tóxicos acumulados entre los años cincuenta y setenta se están descomponiendo, lixiviando productos químicos en los suelos y contaminado los recursos hídricos, la vida silvestre y la gente. La Convención también requiere de la disposición de los PCBs y los desechos que contengan PCBs.

Todos los seres humanos en el mundo portan en sus cuerpos trazas de COPs. Los COPs son compuestos altamente estables que pueden permanecer por años o décadas antes de descomponerse. Circulan globalmente a través de un proceso conocido como el "efecto del saltamontes. Los COPs emitidos en un lado del mundo pueden, a través de un proceso repetido de evaporación y de depósito, ser transportados a través de la atmósfera a regiones lejos de la fuente original.

Afortunadamente existen formas de producción limpia y alternativas para la mayoría de los COPs. Sin embargo, por políticas públicas erradas o escasa voluntad política de los gobiernos para enfrentar los problemas ambientales y sociales, los altos costos, la falta de conciencia publica, y la ausencia de infraestructura y tecnologías adecuadas, no se habían adoptado medidas efectivas para atacar el problema en su raíz.
RAP-AL, como miembro de la Red de Eliminación de Contaminantes Orgánicos Persistentes (IPEN) y como organización de la sociedad civil que lucha por la reducción y eliminación del uso de plaguicidas ha estado involucrada desde sus inicios en todo el proceso negociación y firma del Convenio de Estocolmo. En este marco, además, hemos realizado anualmente desde el año 2001, seminarios, talleres y reuniones en América Latina -Mesoamérica y el Caribe, Región Andina y Cono Sur- los "Diálogos ONG/ Gobiernos para el monitoreo del Convenio de Estocolmo".

En ocasión de la entrada en vigencia del Convenio reiteramos nuestro llamado a los gobiernos a ratificarlo y demandamos que todo el proceso de elaboración, aplicación y monitoreo del plan nacional se caracterice por tener mecanismos claros que aseguren:

1) Participación ciudadana y acceso público a la información. Esta participación institucionalizada debe tomar especialmente en cuenta la consulta y cooperación de grupos de mujeres y especialistas en salud. Los inventarios de COPs, la información sobre las fuentes que liberan COPs al ambiente, los sitios contaminados, etc., debe ser una información disponible y de fácil acceso.

2) Transparencia, tanto en sus fases de elaboración, ejecución y evaluación como en los aspectos económicos.

3) Prevención y el remedio, con un fuerte intercambio de información entre los países y que promueva las "Mejores Prácticas Ambientales" y las "Mejores Técnicas Disponibles". Con medidas efectivas para el combate al tráfico ilegal de COPs y monitoreos de alimentos y leche materna, y carga corporal de contaminantes. Con mecanismos de revisión y adición de nuevos COPs al Convenio y de limpieza de sitios contaminados.

4) Promoción de alternativas a los plaguicidas y a la incineración. Incluyendo alternativas a la quema de residuos en hornos cementeros, para el tratamiento de los desechos y las existencias acumuladas de COPs obsoletos de acuerdo a los artículos 3,6 y 9 del Convenio.

Por último, demandamos a los gobiernos establecer mecanismos de apoyo para la defensa legal y la compensación de daños sufridos por personas y comunidades afectadas por los COPs. Los costos a la salud y el ambiente deben ser asumidos por el que contamina.

En América Latina, hasta ahora solo 5 países han ratificado el Convenio de Estocolmo: México (10.2.003), Panamá (5.3.03), Bolivia (3.6.03), Paraguay ( 01.4.03) Uruguay (9.2.04).
En Chile se encuentra en trámite en el Congreso de la República y en Perú ha sido aprobada por el Congreso, faltando la publicación en el Diario Oficial.

Mayores informes:  RAP-AL: rap-al@terra.cl; rapam@prodigy.net.mx
Fuentes: UNEP/ RAP-AL

LUCHAS CAMPESINAS

Movilización en el mundo por día Internacional de la Lucha Campesina

Cuando el 17 de abril de 1996 decenas de policías atacaron a cerca de 1500 campesinos y campesinas sin tierra en Eldorado de Carajás, Brasil, seguramente no imaginaron que tras la masacre, el movimiento campesino sembraría la esperanza. Cada 17 de abril, en homenaje a los 19 integrantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST) que fallecieron y a los 69 que resultaron heridos, miles de manifestaciones se realizan en todo el mundo para conmemorar esa fecha, que ahora representa el Día Internacional de la Lucha Campesina. En el marco de la conmemoración de ese día, la red internacional de organizaciones campesinas de base, Vía Campesina, publicó este lunes un comunicado, en el que hace hincapié en que los emprendimientos productivos de pequeña escala son la respuesta a la llamada crisis mundial de alimentos. "Para asegurar que el alimento le llegue a cada persona, sin importar dónde vive o qué salario percibe, se deben implementar ahora cambios en las políticas públicas. El 17 de abril es la fecha en la que se le muestra a la opinión pública cuál es el problema y cuál es la solución que requiere. Por favor, únanse a nosotros en la planificación de este día de acción global, y participen de él", señala el comunicado, que lleva la firma de la coordinadora regional de la Vía Campesina en América del Norte, Dena Hoff. Otros grupos de Vía Campesina también están convocando a participar de las actividades del 17 de abril. Es el caso del Movimiento Nacional Campesino Indígena de Santiago del Estero, en Argentina, que realizará varias actividades en esa fecha, entre las que se incluyen una marcha, un taller sobre género y la inauguración de una radio comunitaria.

Nota publicada en Radio Mundo Real el 13 de abril.

Gripe porcina

29-4-09

La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria


Mike Davis 28/04/09


Nuestro amigo y miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO Mike Davis, cuyo libro El monstruo llama a nuestra puerta (trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006) alertó lúcida y brillantemente del peligro de una gripe aviar pandémica de alcance mundial, explica ahora cómo la gran industria pecuaria globalizada ha sentado las bases para un más que preocupante brote de gripe porcina en México.


La gripe porcina mexicana, una quimera genética probablemente concebida en el cieno fecal de una gorrinera industrial, amenaza súbitamente con una fiebre al mundo entero. Los brotes en la América del Norte revelan una infección que está viajando ya a mayor velocidad de la que viajó con la última cepa pandémica oficial, la gripe de Hong Kong en 1968.


Robándole protagonismo a nuestro último asesino oficial, el virus H5N1, este virus porcino representa una amenaza de ignota magnitud. Parece menos letal que el SARS [Síndrome Respiratorio Agudo, por sus siglas en inglés] en 2003, pero, como gripe, podría resultar más duradera que el SARS. Dado que las domesticadas gripes estaciónales de tipo A matan nada menos que a un millón de personas al año, incluso un modesto incremento de virulencia, especialmente si va combinada con una elevada incidencia, podría producir una carnicería equivalente a una guerra importante.


Ello es que una de sus primeras víctimas ha sido la consoladora fe, inveteradamente predicada por la Organización Mundial de Salud (OMS), en la posibilidad de contener las pandemias con respuestas inmediatas de las burocracias sanitarias e independientemente de la calidad de la sanidad pública local. Desde las primeras muertes por H5N1 en 1997, en Hong Kong, la OMS, con el apoyo de la mayoría de administraciones nacionales de sanidad, ha promovido una estrategia centrada en la identificación y el aislamiento de una cepa pandémica en su radio local de brote, seguidos de una masiva administración de antivirales y –si disponibles— vacunas a la población.


Una legión de escépticos ha criticado ese enfoque de contrainsurgencia viral, señalando que los microbios pueden ahora volar alrededor del mundo –casi literalmente en el caso de la gripe aviar— mucho más rápidamente de lo que la OMS o los funcionarios locales puedan llegar a reaccionar al brote original. Esos expertos han observado también el carácter primitivo, y a menudo inexistente, de la vigilancia de la interfaz entre las enfermedades humanas y las animales. Pero el mito de una intervención audaz, preventiva (y barata) contra la gripe aviar ha resultado valiosísimo para la causa de los países ricos que, como los EEUU y el Reino Unido, prefieren invertir en sus propias líneas Maginot biológicas, antes que incrementar drásticamente la ayuda a los frentes epidémicos avanzados de ultramar. Tampoco ha tenido precio este mito para las grandes transnacionales farmacéuticas, enfrentadas en una guerra sin cuartel con las exigencias de los países en vía de desarrollo empeñados en exigir la producción pública de antivíricos genéricos clave como el Tamiflu patentado por Roche.


La versión de la OMS y de los centros de control de enfermedades, de acuerdo con la cual ya se está preparado para una pandemia, sin mayor necesidad de nuevas inversiones masivas en vigilancia, infraestructura científica y regulatoria, salud pública básica y acceso global a fármacos vitales, será ahora decisivamente puesta a prueba por la gripe porcina, y tal vez averigüemos que pertenece a la misma categoría de gestión "ponzificada" del riesgo que los títulos y obligaciones de Madoff. No es tan difícil que falle el sistema de alertas, habida cuenta de que, sencillamente, no existe. Ni siquiera en la América del Norte y en la Unión Europea.


Tal vez no sea sorprendente que México carezca tanto de capacidad como de voluntad política para gestionar enfermedades avícolas y ganaderas, pero ocurre que la situación apenas es mejor al norte de la frontera, en donde la vigilancia se deshace en un desdichado mosaico de jurisdicciones estatales y las grandes empresas pecuarias se enfrentan a las regulaciones sanitarias con el mismo desprecio con que suelen tratar a los trabajadores y a los animales. Análogamente, una década entera de advertencias de los científicos fracasó en punto a garantizar transferencias de sofisticada tecnología viral experimental a los países situados en las rutas pandémicas más probables. México cuenta con expertos sanitarios de reputación mundial, pero tiene que enviar las muestras a un laboratorio de Winnipeg para descifrar el genoma de la cepa. Así se ha perdido toda una semana.


Pero nadie menos alerta que las autoridades de control de enfermedades en Atlanta. De acuerdo con el Washington Post, el CDC [siglas en inglés del Centro de Control de Enfermedades, radicado en Atlanta; T.] no se percató del brote hasta seis días después de que México hubiera empezado a imponer medidas de urgencia. No hay excusa que valga. Lo paradójico de esta gripe porcina es que, aun si totalmente inesperada, había sido ya pronosticada con gran precisión. Hace seis años, la revista Science consagró un artículo importante a poner en evidencia que, "tras años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de la América del Norte ha dado un salto evolutivo vertiginoso".


Desde su identificación durante la Gran Depresión, el virus H1N1 de la gripe porcina sólo había experimentado una ligera deriva desde su genoma original. Luego, en 1998, una cepa muy patógena comenzó a diezmar puercas en una granja de Carolina del Norte, y empezaron a surgir nuevas y más virulentas versiones año tras año, incluida una variante del H1N1 que contenía los genes internos del H3N2 (causante de la otra gripe de tipo A que se contagia entre humanos). Los investigadores entrevistados por Science se mostraban preocupados por la posibilidad de que uno de esos híbridos pudiera llegar a convertirse en un virus de gripe humana –se cree que las pandemias de 1957 y de 1968 fueron causadas por una mezcla de genes aviares y humanos fraguada en el interior de organismos porcinos—, y urgían a la creación de un sistema oficial de vigilancia para la gripe porcina: admonición, huelga decirlo, a la que prestó oídos sordos un Washington dispuesto entonces a tirar miles de millones de dólares por el sumidero de las fantasías bioterroristas


¿Qué provocó tal aceleración en la evolución de la gripe porcina? Hace mucho que los virólogos están convencidos de que el sistema de agricultura intensiva de la China meridional es el principal vector de la mutación gripal: tanto de la "deriva" estacional como del episódico "intercambio" genómico. Pero la industrialización gran empresarial de la producción pecuaria ha roto el monopolio natural de China en la evolución de la gripe. El sector pecuario se ha visto transformado en estas últimas décadas en algo que se parece más a la industria petroquímica que a la feliz granja familiar que pintan los libros de texto en la escuela.


En 1965, por ejemplo, había en los EEUU 53 millones de cerdos repartidos entre más de un millón de granjas; hoy, 65 millones de cerdos se concentran en 65.000 instalaciones. Eso ha significado pasar de las anticuadas pocilgas a ciclópeos infiernos fecales en los que, entre estiércol y bajo un calor sofocante, prestos a intercambiar agentes patógenos a la velocidad del rayo, se hacinan decenas de millares de animales con más que debilitados sistemas inmunitarios.El año pasado, una comisión convocada por el Pew Research Center publicó un informe sobre la "producción animal en granjas industriales", en donde se destacaba el agudo peligro de que "la continua circulación de virus (…) característica de enormes piaras, rebaños o hatos incremente las oportunidades de aparición de nuevos virus por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre humanos". La comisión alertó también de que el promiscuo uso de antibióticos en las factorías porcinas –más barato que en ambientes humanos— estaba propiciando el auge de infecciones estafílocóquicas resistentes, mientras que los vertidos residuales generaban brotes de escherichia coli y de pfiesteria (el protozoo que mató a mil millones de peces en los estuarios de Carolina y contagió a docenas de pescadores).


Cualquier mejora en la ecología de este nuevo agente patógeno tendría que enfrentarse con el monstruoso poder de los grandes conglomerados empresariales avícolas y ganaderos, como Smithfield Farms (porcino y vacuno) y Tyson (pollos). La comisión habló de una obstrucción sistemática de sus investigaciones por parte de las grandes empresas, incluidas unas nada recatadas amenazas de suprimir la financiación de los investigadores que cooperaran con la comisión.


Se trata de una industria muy globalizada y con influencias políticas. Así como el gigante avícola Charoen Pokphand, radicado en Bangkok, fue capaz de desbaratar las investigaciones sobre su papel en la propagación de la gripe aviar en el sureste asiático, es lo más probable que la epidemiología forense del brote de gripe porcina se dé de bruces contra la pétrea muralla de la industria del cerdo.


Eso no quiere decir que no vaya a encontrarse nunca una acusadora pistola humeante: ya corre el rumor en la prensa mexicana de un epicentro de la gripe situado en torno a una gigantesca filial de Smithfield en el estado de Veracruz. Pero lo más importante –sobre todo por la persistente amenaza del virus H5N1— es el bosque, no los árboles: la fracasada estrategia antipandémica de la OMS, el progresivo deterioro de la salud pública mundial, la mordaza aplicada por las grandes transnacionales farmacéuticas a medicamentos vitales y la catástrofe planetaria que es una producción pecuaria industrializada y ecológicamente desquiciada.


Mike Davis es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO. Traducidos recientemente al castellano: su libro sobre la amenaza de la gripe aviar (El monstruo llama a nuestra puerta, trad. María Julia Bertomeu, Ediciones El Viejo Topo, Barcelona, 2006), su libro sobre las Ciudades muertas (trad. Dina Khorasane, Marta Malo de Molina, Tatiana de la O y Mónica Cifuentes Zaro, Editorial Traficantes de sueños, Madrid, 2007) y su libro Los holocaustos de la era victoriana tardía (trad. Aitana Guia i Conca e Ivano Stocco, Ed. Universitat de València, Valencia, 2007). Sus libros más recientes son: In Praise of Barbarians: Essays against Empire (Haymarket Books, 2008) y Buda's Wagon: A Brief History of the Car Bomb (Verso, 2007; traducción castellana de Jordi Mundó en la editorial El Viejo Topo, Barcelona, 2009).

Traducción para www.sinpermiso.info: Marta Domènech y María Julia Bertomeu

miércoles, 22 de abril de 2009

BOTNIA

MAXIMAONLINE
21 DE ABRIL DE 2009

PASTERAS
FISCAL VIANA: BOTNIA ES INCOMPATIBLE CON EL ESTATUS AMBIENTAL DEL URUGUAY
Publicamos una entrevista a fondo con el fiscal uruguayo Enrique Viana. Declaraciones sin desperdicios.
 
En una entrevista a fondo con IPODAGUA.COM.AR, el fiscal uruguayo que se le atrevió a Botnia y en 2003 denunció al Estado oriental por la instalación de las pasteras, por considerar que son incompatibles con la Constitución Nacional de ese país. Habló de la situación actual de la causa, las estrategias para frenar las pasteras, los monocultivos; Fray Bentos y Gualeguaychú, y los medios de comunicación.
El fiscal letrado Enrique Viana ya en el año 2003 realizó una demanda civil por la instalación de ENCE en la zona de Fray Bentos, "mucho antes que Botnia empiece su construcción". Cuando la fiscalía presenta la demanda, Botnia no se había empezado a construir, sin embargo presuponiendo que el proceso iba a ser largo "ya hablábamos e investigábamos sobre estos emprendimientos". Luego, y ante el avance, y ya con Botnia confirmada realizó una nueva demanda "por un deber de coherencia frente a la nueva instalación de la empresa finlandesa en la zona".
Estas demandas explica Viana, se deben a que "este tipo de industrias son incompatibles con el estatus de protección ambiental del Uruguay". En el año 2004 en Uruguay se realizó un plebiscito vinculante, donde la población en un 70% votó para qué las "normas que ya estaban en la legislación uruguaya se incorporen a la constitución". La protección del agua entonces pasaba a tener una prioridad por sobre cualquier tipo de emprendimiento económico y eso "fue la decisión de la ciudadanía". Entonces dijo el fiscal "La fiscalía entiende que un emprendimiento de estas características genera impactos contrarios a nuestra constitución".
"El estudio de la DINAMA tenía sus falencias, y no hubo una evaluación en contraposición al estudio hecho por la empresa", para ese entonces "la fiscalía entendió que lo que hizo la DINAMA fue avalar el estudio de la empresa, darle el amén, que era un estudio de parte, que obviamente tenía un valor muy relativo". Viana hace hincapié además que por aquel entonces se evaluó la incapacidad que tenía "el Estado uruguayo para controlar y ni se sabía cómo era una pastera, y que al día de hoy ese conocimiento sigue siendo completamente nulo". Frente a la denuncia de la fiscalía, la presión social por parte de ciudadanos uruguayos que se oponen a estos emprendimientos, queda en evidencia la incapacidad del Estado uruguayo como órgano de control y hasta se "llego a decir que Botnia se auto controlaba, de manera que se reconocía que el Estado no tenía la capacidad para controlar". Y junto a todo esto la fiscalía entendió que la posición del Estado uruguayo de incentivar este emprendimiento "no hacia compatible con la función de control, es decir, no se puede ser juez y parte al mismo tiempo en el asunto". Los intereses del Uruguay sobre la instalación de Botnia "no daban la independencia suficiente para que los organismos de control actúen".
El fiscal Viana explica a IPODAGUA.COM.AR en forma exclusiva la situación actual del proceso que lleva adelante "el proceso en este momento a raíz del cambio de juez esta demorado, está pendiente la prueba, ya que se ha incorporado hechos, episodios y testigos nuevos". Y adelanta un dato muy importante "la idea de la fiscalía es llegar a los alegatos, que es la etapa previa a la sentencia que creemos estar haciéndolo antes de mitad de año".
Sobre las 8 perforaciones para extracción de agua que realizó Botnia
"La fiscalía solicitó información sobre esas perforaciones que la empresa Botnia hizo sin autorización. En algunos casos casi ni se dió respuesta. En las que sí se dieron, fueron bastante pobres. La respuesta por parte del estado fue la utilización de agua para vestuarios o utilidades afines a los empleados y también para un procesador. Obviamente que no convenció a nadie. Y nos dejaron más dudas"
Consultado por IPODAGUA.COM.AR sobre para que Botnia podría utilizar esa agua que extrae ilegalmente, el fiscal es cauto, "no puedo hacer afirmación, porque cualquiera que hiciera sería temeraria. Acá hay que disponer de personal con los conocimientos adecuados para que pudiera constatar para que se hicieron. Esto es uno de los graves problemas que tiene el permitir una zona franca".
Sobre la zona franca de Botnia
"La zona franca, mas allá de que las autoridades, como la DINAMA debería tener la posibilidad de entrar fácilmente y hacer las inspecciones del caso, lo que consigue es que esa zona no la controle el Estado".
Viana nos comenta como está la situación del otro lado del charco "lamentablemente en estas cuestiones se termina dando la razón a uno o al otro. Los problemas de contaminación en Uruguay los conocemos muy bien, tenemos un problema grave en Montevideo con la contaminación por plomo. Estos problemas surgieron hoy en el Uruguay, pero sin embargo ahora se sabe que esa contaminación se empezó a generar hace 40 años".
Si bien la empresa ya ha presentado hechos concretos de contaminación, desde los medios se intenta sostener la mentira de que no contamina, al respecto el letrado nos decía "los procesos de contaminación de un río son lentos, pero terminan siendo inexorables. Yo creo que lo que va a mandar de aquí en más son los hechos; a los problemas de contaminación que ya tiene el río Uruguay se le agrego el alistamiento de los vertidos de Botnia. Y eso de alguna manera lo vimos con las famosas algas que han aparecido. Los problemas de olores que no se saben de dónde vienen. Los que está generando la forestación, que tiene relación de dependencia con las pasteras. Zonas donde antes había sequía pero se podía solucionar fácilmente y que ahora no pueden".
Plantea los primeros impactos que "se ha producido, un aumento de alimañas, víboras, monos, todos venidos y traídos por el nuevo habitad que es la forestación; cuando a uno le hablan de impactos ambientales, no sabe bien de que le están hablando, pero cuando dicen que han aumentado por ejemplo los murciélagos con rabia, entonces uno empieza a entender como son esos impactos, y que uno ni siquiera puede preverlos".
*Fray Bentos, hoy

Delia Villalba, ambientalista fraybentina, denunció en este medio sobre la gran angustia social que vive hoy Fray Bentos, porque las promesas de la empresa finlandesa no se cumplieron y la situación social se agravó. Coincidentemente Viana dijo "las expectativas que se habían generado con los puestos de trabajo, ya se vieron reducidas. Hay un nivel muy bajo de habitantes de Fray Bentos que tienen empleo". Y va más allá "en el imaginario de la gente se plantea que la creación de empresas de este tipo va a traer otra cosa junto con eso, mejora en los aspectos de los supermercados, la hotelería y una cantidad de cosas. Yo no dudo que en su momento lo haya tenido, pero estas industrias tiene muy poco personal. Tiene mucho profesional extranjero, el mercado que pueda crear es muy relativo y menor".

*El reclamo social de Gualeguaychú
"
Yo siempre he mantenido una visión, por el cargo que ejerzo, neutralizada de lo que ocurre dentro de fronteras. Simplemente creo que lo que ocurrió en Gualeguaychú fue algo que durante mucho tiempo a nosotros nos preocupó, o sea que todos los temas del medio ambiente iban de la mano de la participación pública. Todos los catedráticos uruguayos, argentinos, brasileños, europeos, todos coincidían en eso".
Viana destaca que "Gualeguaychú hizo caudal del tema de las manifestaciones, de la participación. Todos conceptos que la doctrina acompañaba hasta ahora". El letrado dijo a IPODAGUA, "Gualeguaychú lo llevó a consecuencias más extremas y muchos de los que están alineados a través de las ideas no saben si hoy respaldarlos o no". Con preocupación plantea que "es el grave problema que tiene la academia hoy, frente a un caso de estas características no respondió con la celebridad ni con la capacidad que desde la teoría se debió hacer".
*Los medios de comunicación
"En algún momento se llego a decir a nivel nacional que en Fray Bentos la opción era morirse de hambre o morirse de cáncer. Se llego a utilizar eso. Que es una opción bastante dura".
"La prensa refleja muchas veces las decisiones del poder, pero repito, en estas cuestiones los hechos mandan, podrán ocultarse, pero terminan saliendo a la luz".

*Adhesión a la charla
"En tiempos en que se nos predica desde el Derecho Ambiental que debemos hacer uso del derecho a la participación pública, como forma republicana de conseguir la transparencia del accionar de nuestros Estados, instituciones como IPODAGUA son ejemplo a seguir. Ejemplo a seguir, porque son ejercicio de una participación espontánea y honesta, frente a tanta actuación digitada o manipulada disfrazada de participación. Vaya entonces mi beneplácito y felicitaciones por actividades como ésta".

Sergio Giachino

domingo, 19 de abril de 2009

La autopista

Jueves, 16 de Abril de 2009 01:32


(APe).- La antigua carretera ponía en comunicación al pasajero con la historia del barrio o la localidad que atravesaba. La autopista -quizás una vanidad del siglo XX- no conoce nada de todo esto, menos de esquinas afectuosas. Una autopista es igual a otra. Es una enorme cinta asfáltica con la mirada seca, la memoria borrada. Se tiene noticia de que se está en un punto sólo por los carteles indicadores. A sus lados aparecen señales que tratan de rescatar lo que en algún tiempo se encontró adherido al camino. La construcción de ellas en la Capital Federal en épocas de dictadura militar, fue una pesadilla que al acabar dejó el suelo de nuestra juventud repleto de cadáveres.En la autopista no se establece contacto con las alegrías o dolores del pueblo que vive acurrucado, casi al alcance de las manos. Los ojos del peregrino desechan de un solo parpadeo las villas que crecen como gramilla y que imploran desde su miserable urbanidad. La única encarnadura del viajero con la realidad son esos carteles que se suceden y que le hacen saber que se traslada. Pasa de un sitio a otro sin saber por dónde discurre. Su único poema son las líneas blancas, pacíficas, uniformes de la autovía. Al costado no hay jazmín del aire, sólo estaciones de servicio, una arquitectura que se repite hasta cansarnos, que se han convertido en verdaderas "casas de cultura". En ellas se ofrecen mapas, postales, quesos, mermeladas, o símbolos de un lugar invisible. Espacios que van sustituyendo "el sitio por la idea de paso, el concepto de paisaje por el de pasaje". Los niños hambrientos que se multiplican en las orillas con sus manos extendidas al dios de las monedas, descubren que estos territorios se encuentran libres de responsabilidad o culpa. Si le preguntáramos a los viajeros de la autopista Buenos Aires-La Plata dónde queda Villa Azul seguramente no sabrán donde se encuentra. Por ahí abajo, podríamos decir, por abajo de la línea de flotación de los derechos humanos más básicos, por debajo de las autopistas, de la visibilidad informativa, del interés gubernamental. Alejada de nuestras vidas.

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Guillermo, un grito contra la amnesia

14/04/09 Por Oscar Taffetani

(APe).- "...Polideportivo o Villa... Seguridad o Caos..." se lee en volantes distribuidos casa por casa por un par de jóvenes de Villa Pobladora, barrio de Piñeiro, Avellaneda.
"Los vecinos de Pobladora -dice el libelo- manifiestan su descontento ante la construcción de un complejo habitacional en lugar del solicitado polideportivo (...) El complejo estaría compuesto por 23 viviendas destinadas a personas carenciadas de villas cercanas a la zona (...) Si se concreta, lamentablemente, crecerá la inseguridad en la zona y en barrios vecinos (...) Unámonos para detener esa violación a nuestros derechos (...) Convocamos a la gran reunión vecinal a realizarse el viernes (...) Está en juego su seguridad y la de su familia..."
Villa Pobladora, Villa Castellino y Villa Porvenir son barrios obreros que tienen más de un siglo de antigüedad. Fueron creados porque en las adyacencias había fábricas y talleres (es decir, trabajo) y porque los terrenos eran muy baratos, ya que solían inundarse por las crecidas del Riachuelo.
Quisiéramos leer esta pequeña historia en un libro. Pero no está. Hoy no hay libros que cuenten la otra historia, la historia solidaria, de Villa Pobladora, de Villa Castellino y Villa Porvenir. Tampoco hay bibliotecas, para esos libros. Sólo hay volantes. Presente absoluto. Amnesia absoluta. Volantes que dicen "Polideportivo o Villa... Seguridad o Caos"

Recuerdos de un anarquista Una casa sencilla y digna, en el barrio de Piñeiro, es la morada de Guillermo Pascuarelli y de su compañera Carmen. "Aquí a una cuadra -dice Guillermo- pasando tres casas el comité radical, había un conventillo. Allí nació Antonio Sastre, el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos"
- ¿Usted lo conoció?
- Eran calles de tierra. Sastre tenía un amigo que vivía acá al lado de mi casa. Cuando venía a visitarlo, estábamos los pibes jugando a la pelota, en la calle. Y Sastre se quedaba mirándonos. Entonces, nos llamaba uno por uno y nos hacía alguna corrección, nos enseñaba. De puntín no, porque no podés dirigir la pelota... Y el cabezazo, con la frente, no con la bocha. ¡Si me habré entusiasmado! Mire, yo practiqué casi todos los deportes en el club Independiente, hasta los 80 años. Pero al fútbol jugué en Sportivo Sarmiento, de Lanús. Allí estaban mis amigos.
- ¿Y a la política, dónde jugaba?
- Mi padre era un obrero inmigrante anarquista, que llegó al país en el 19, y ya había tenido que luchar contra Mussolini. Yo a los 13 o 14 años ya frecuentaba las bibliotecas y las escuelas chicas. Aquí, en Avellaneda, había muchas. Leía a William Godwin, a Enrique Malatesta, a Rafael Barrett. Cuando me quise acordar, ya estaba de peón en una fábrica textil en donde también trabajaba mi madre. Un día me quejé porque a un provincianito lo estaban reventando. El capataz me dijo ¿qué, sos delegado vos? No, le dije ¡soy un ser humano! Ahí me echaron la primera vez. Ahí supe que era anarquista.
- ¿Lo echaron muchas veces?
- Sí, las conté: de 58 fábricas me echaron. Textiles, metalúrgicas, de alimentos, carpinterías... en cuanto uno comenzaba a hablarle a los compañeros para organizarlos, para luchar por el salario o por mejores condiciones, ahí nos caía la patronal, con todo, a veces ayudada por la burocracia sindical comunista, o la burocracia peronista. Ellos querían sindicatos mansos, serviles, obedientes.
- ¿Cómo eran los sindicatos anarquistas?
- No nos daban nada. Todo lo teníamos que conseguir con el aporte de los compañeros. La primera sede de un sindicato que conocí, en la calle Vieytes de Barracas, era poco más grande que una pieza. A veces, ni había lugar para sentarse. Cuando nos juntábamos en la calle, aquí en Galicia y Rivadavia, el dueño de la farmacia Rawson, que era socialista, nos prestaba la luz, porque ni luz había en la calle.
Pascuarelli sigue contando historias de lucha y de esperanza. De la vez que escondieron una biblioteca completa -la del Ateneo Ciudad de Avellaneda- para que no cayera en manos de los gendarmes. De las conferencias nocturnas de Humberto Correale. De las cooperativas. De la "ayuda mutua", ya convertida en programa, en manual práctico de solidaridad.
Avellaneda, el Bronx, Barcelona...


El neoyoquino Marshall Berman demostró con un bello libro, que no pierde vigencia (Todo lo sólido se desvanece en el aire, 1982) que es posible registrar e interpretar las mutaciones de una sociedad y una cultura sin moverse del barrio, es decir, sólo atendiendo a los signos y manifestaciones de los cambios en una parcela pequeña, casi inadvertida, de la superficie del globo.
Lo mismo podría hacer, si quisiera, Guillermo Pascuarelli. Con otras fuentes, tal vez. Con otras prohibidas lecturas. Con otras sagradas escrituras. Y con el mismo espíritu.
"¿Vio que están cerrando cooperativas?" dice. "Las fábricas recuperadas les molestan. Es porque allí los obreros demuestran que se pueden hacer las cosas de otro modo, de una manera más justa".
"Como en la Comuna de Barcelona", le respondemos, sabiendo que nuestra respuesta puede significar dos horas más de conversación.
La Comuna de Barcelona, claro! Aquellos compañeros dieron la prueba de que se puede vivir perfectamente sin gobierno (...) Ellos trabajaban cuatro horas por turno, tenían el mejor salario y hasta podían abastecer al ejército republicano, en el frente..."
"Por eso no quieren que nadie lo sepa. Ellos, los que están en el poder, no quieren que nadie sepa que se puede vivir fraternalmente, vivir con justicia. No quieren que los trabajadores se den cuenta de que hay otra manera de hacer las cosas..."

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lunes, 13 de abril de 2009

El tóxico de los campos

Exclusivo: Una investigación del Conicet confirmó el efecto perjudicial del glifosato


El agrotóxico básico de la industria sojera produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura. El estudio, realizado en embriones, es el primero en su tipo y refuta la supuesta inocuidad del herbicida.


Por Darío Aranda


Las comunidades indígenas y los movimientos campesinos denuncian desde hace una década los efectos sanitarios de los agrotóxicos sojeros. Pero siempre chocaron con las desmentidas de tres actores de peso, productores (representados en gran parte por la Mesa de Enlace), las grandes empresas del sector y los ámbitos gubernamentales que impulsan el modelo agropecuario. El argumento recurrente es la ausencia de "estudios serios" que demuestren los efectos negativos del herbicida. A trece años de fiebre sojera, por primera vez una investigación científica de laboratorio confirma que el glifosato (químico fundamental de la industria sojera) es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones. Así lo determinó el Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA (Facultad de Medicina) que, con dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras, comprobó trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales. "Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión, sugiriendo la posibilidad de que se estén interfiriendo mecanismos normales del desarrollo embrionario", subraya el trabajo, que también hace hincapié en la urgente necesidad de limitar el uso del agrotóxico e investigar sus consecuencias en el largo plazo. El herbicida más utilizado a base de glifosato se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la compañía Monsanto, líder mundial de los agronegocios.

El Laboratorio de Embriología Molecular cuenta con veinte años de trabajo en investigaciones académicas. Funciona en el ámbito de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Es un espacio referente en el estudio científico, conformado por licenciados en bioquímica, genética y biología. Durante los últimos quince meses estudió el efecto del glifosato en embriones anfibios, desde la fecundación hasta que el organismo adquiere las características morfológicas de la especie.

"Se utilizaron embriones anfibios, un modelo tradicional de estudio, ideal para determinar concentraciones que pueden alterar mecanismos fisiológicos que produzcan perjuicio celular y/o trastornos durante el desarrollo. Y debido a la conservación de los mecanismos que regulan el desarrollo embrionario de los vertebrados, los resultados son totalmente comparables con lo que sucedería con el desarrollo del embrión humano", explica Andrés Carrasco, profesor de embriología, investigador principal del Conicet y director del Laboratorio de Embriología.

El equipo de investigadores dice que las diluciones recomendadas para la fumigación por la industria agroquímica oscilan entre el uno y el dos por ciento de la solución comercial (cada un litro de agua, se recomienda 10/20 mililitros). Pero en el campo es sabido –incluso reconocido por los medios del sector– que las malezas a eliminar se han vuelto resistentes al agrotóxico, por lo cual los productores sojeros utilizan concentraciones mayores. El estudio afirma que en la práctica cotidiana las diluciones varían entre el diez y el treinta por ciento (100/300 mililitros por litro de agua).

Utilizando como parámetros de comparación los rangos teóricos (los recomendados por las compañías) y los reales (los usados por los sojeros), los resultados de laboratorio son igualmente alarmantes. "Los embriones fueron incubados por inmersión en diluciones con un mililitro de herbicida en 5000 de solución de cultivo embrionario, que representan cantidades de glifosato entre 50 y 1540 veces inferiores a las usadas en los campos con soja. Se produjo disminución de tamaño embrionario, serias alteraciones cefálicas con reducción de ojos y oído, alteraciones en la diferenciación neuronal temprana con pérdida de células neuronales primarias", afirma el trabajo, que se dividió en dos tipos de experimentación: inmersión en solución salina y por inyección de glifosato en células embrionarias. En ambos casos, y en concentraciones variables, los resultados fueron rotundos.

"Disminución del largo del embrión, alteraciones que sugieren defectos en la formación del eje embrionario. Alteración del tamaño de la cabeza con compromiso en la formación del cerebro y reducción de ojos y de la zona del sistema auditivo, que podrían indicar causas de malformaciones y deficiencias en la etapa adulta", alerta la investigación, que también avanza sobre efectos neurológicos graves: "(Se comprobaron) Alteraciones en los mecanismos de formación de neuronas tempranas, por una disminución de neuronas primarias comprometiendo el correcto desarrollo del cerebro, compatibles con alteraciones con el cierre normal del tubo neural u otras deficiencias del sistema nervioso".

Cuando los embriones fueron inyectados con dosis de glifosato muy diluido (hasta 300.000 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones), los resultados fueron igualmente devastadores. "Malformaciones intestinales y malformaciones cardíacas. Alteraciones en la formación y/o especificación de la cresta neural. Alteraciones en la formación de los cartílagos y huesos de cráneo y cara, compatible con un incremento de la muerte celular programada." Estos resultados implican, traducido, que el glifosato afecta un conjunto de células que tienen como función la formación de los cartílagos y luego huesos de la cara.

"Cualquier alteración de forma por fallas de división celular o de muerte celular programada conduce a malformaciones faciales serias. En el caso de los embriones, comprobamos la existencia de menor cantidad de células en los cartílagos faciales embrionarios", detalla Carrasco, que también destaca la existencia de "malformaciones intestinales, principalmente en el aparato digestivo, que muestra alteraciones en su rotación y tamaño".

La soja sembrada en el país ocupa 17 millones de hectáreas de diez provincias y es comercializada por la empresa Monsanto, que vende las semillas y el agrotóxico Roundup (a base de glifosato), que tiene la propiedad de permanecer extensos períodos en el ambiente y viajar largas distancias arrastrados por el viento y el agua. Se aplica en forma líquida sobre la planta, que absorbe el veneno y muere en pocos días. Lo único que crece en la tierra rociada es soja transgénica, modificada en laboratorio. La publicidad de la empresa clasifica al glifosato como inofensivo para al hombre.

Como todo herbicida, está conformado a partir de un ingrediente "activo" (en este caso el glifosato) y otras sustancias (llamadas coadyuvantes o surfactantes, que por secreto comercial no se especifican en detalle), cuya función es mejorar su manejo y aumentar el poder destructivo del ingrediente activo. "El POEA (sustancia derivada de ácidos sintetizados de grasas animales) es uno de los aditivos más comunes y más tóxicos, se degrada lentamente y se acumula en las células", acusa la investigación, que describe el POEA como un detergente que facilita la penetración del glifosato en las células vegetales y mejora su eficacia. Investigadores de diversos países han centrado sus estudios en los coadyuvantes (ver aparte) y confirmado sus consecuencias.

En el estudio experimental del Conicet-UBA (según sus autores, el primero en investigar los efectos del herbicida y el glifosato puro en el desarrollo embrionario de vertebrados), se focaliza en el elemento menos estudiado y denunciado del Roundup. "El glifosato puro introducido por inyección en embriones a dosis equivalentes de las usadas en el campo entre 10.000 y 300.000 veces menores, tiene una actividad específica para dañar las células. Es el responsable de anomalías durante el desarrollo del embrión y permite sostener que no sólo los aditivos son tóxicos y, por otro lado, permite afirmar que el glifosato es causante de malformaciones por interferir en mecanismos normales de desarrollo embrionario, interfiriendo los procesos biológicos normales."

Carrasco rescata las decenas de denuncias –y cuadros clínicos agudos– de campesinos, indígenas y barrios fumigados. "Las anomalías mostradas por nuestra investigación sugieren la necesidad de asumir una relación causal directa con la enorme variedad de observaciones clínicas conocidas, tanto oncológicas como de malformaciones reportadas en la casuística popular o médica", advierte el profesor de embriología.

La investigación recuerda que el uso de agrotóxicos sojeros obedeció a una decisión política que no fue basada en un estudio científico-sanitario ("es inevitable admitir la imperiosa necesidad de haber estudiado éstos, u otros, efectos antes de permitir su uso"), denuncia el papel complaciente del mundo científico ("la ciencia está urgida por los grandes intereses económicos, y no por la verdad y el bienestar de los pueblos") y hace un llamado urgente a realizar "estudios responsables que provengan mayores daños colaterales del glifosato".


SOBRE CANCER Y MALFORMACIONES


Los otros estudios


Por D. A.


Los impulsores del actual modelo agropecuario niegan la toxicidad de los agrotóxicos. A pesar de los graves cuadros clínicos de familias campesinas e indígenas –o incluso de barrios afectados por fumigaciones–, empresas y productores de soja reclaman estudios científicos para comenzar a creer en los efectos nocivos de los herbicidas. Desde el mundo académico reconocen que no es sencillo investigar el tema. Se entremezclan la presión ejercida por las empresas para silenciar las críticas, la permeabilidad de los investigadores para no cuestionar y el rol de los organismos estatales que trabajan junto a las compañías del sector. Pero hay excepciones:


- Letal en células: Gilles-Eric Seralini es investigador, docente de biología molecular en la Universidad de Caen (Francia) y se transformó en un dolor de cabeza para Monsanto. En 2005 descubrió que células de la placenta humana son muy sensibles al Roundup, incluso en dosis inferiores a las utilizadas en agricultura. Fue duramente cuestionado por las empresas del sector y acusado de "verde", entendido como fundamentalismo ecológico. En diciembre pasado volvió a la carga. La revista científica Chemical Research in Toxicology (Investigación Química en Toxicología) publicó su nuevo estudio, en el que constató que el Roundup es letal para las células humanas. Según el trabajo, dosis muy por debajo de las utilizadas en campos de soja provocan la muerte celular en pocas horas.


- Factor de riesgo: Robert Belle es el director de la Estación Biológica del Centro Nacional de Investigación Social de Roscoff (Francia). En 2002 probó el Roundup en células de erizo de mar (un modelo científico clásico para el estudio de división celular). El experimento probó que el agrotóxico deteriora los puntos de control del ciclo celular. En el documental El mundo según Monsanto, el científico explica que, por la acción del Roundup, se altera la etapa de división celular, la vuelve de un grado de inestabilidad que es propia de las primeras etapas del cáncer. "Hemos demostrado que es un factor de riesgo definido, pero no hemos evaluado el número de cánceres potencialmente inducidos, ni el plazo dentro del cual se declararían", explicó Belle en diciembre de 2004 en la revista Ciencia Toxicológica.


- Relaciones causales: Malformaciones, cáncer y problemas reproductivos tienen vinculación directa con el uso y la exposición a contaminantes ambientales, entre ellos los agrotóxicos utilizados en los agronegocios. "Los hallazgos fueron contundentes en cuanto a los efectos de los pesticidas y solventes", afirmó Alejandro Oliva, médico y coordinador de una investigación que abarcó seis pueblos de la Pampa Húmeda y que confirmó, en esas localidades, la existencia de diferentes tipos de cáncer –de próstata, testículo, ovario, hígado, páncreas, pulmón y mamas– muy por encima de la media nacional. El estudio también detalló que cuatro de cada diez hombres que consultaron por infertilidad habían sido expuestos a químicos agropecuarios y alertó que el efecto sanitario de los agrotóxicos puede manifestarse en las generaciones futuras.


- Letal: La Universidad de Pittsburg (Estados Unidos) comprobó que el Roundup es altamente tóxico en anfibios. La investigación El impacto de insecticidas y herbicidas en la biodiversidad y productividad de las comunidades acuáticas, coordinada por el profesor en biología Rick Relyea en 2005, reveló que el agrotóxico mató el 70 por ciento de la biodiversidad anfibia de un ecosistema experimental. "Es altamente letal", afirmó la investigación.


Venenos en alza

Por D. A.


La Red de Acción en Plaguicidas de América latina (Rapal) –foro de organizaciones a nivel regional– suscribe a las denuncias que recaen sobre el glifosato, pero advierte que el problema de los agrotóxicos es mucho más amplio, vinculado con las casi 500 formulaciones de plaguicidas que se utilizan en el país. "Insecticidas como el peligroso Endosulfán, el Carbofuran, el bromuro de metilo. Herbicidas como el 2, 4 D y Paraquat. Todos agrotóxicos que poseen una toxicidad específica y una clasificación toxicológica más alta que el glifosato. Todos son extremadamente tóxicos con capacidad de producir daños en la salud tanto de nivel agudo (a corto plazo) como crónico (enfermedades que aparecen luego de años del contacto con el plaguicida)", explica el referente de Rapal en Argentina e ingeniero agrónomo, Javier Souza Casadinho.


Rapal advierte sobre el geométrico crecimiento de plaguicidas en Argentina. Según la organización, en 1996 se utilizaron en el país 30 millones de litros de agrotóxicos. En 2007 se aplicaron 270 millones de litros. Las razones: la expansión de la frontera agropecuaria (a costa de la deforestación o reemplazo de otras actividades) y la aparición de insectos y malezas cada vez más resistentes. Lo sucedido con el glifosato es un caso testigo. "De una sola aplicación de tres litros por hectárea, llevada a cabo a fines de los años '90, en la actualidad se realizan más de tres aplicaciones, por más de doce litros por hectárea y por año", denuncia Souza Casadinho, que también es docente de la Facultad de Agronomía de la UBA.


Rapal sostiene que la legislación argentina relativa al registro, comercialización y aplicación de plaguicidas es "incompleta, permisiva y obsoleta". Apunta a las escasas restricción en la comercialización (los plaguicidas se venden en ferreterías, forrajerías, semillerías, casa de venta de artículos de limpieza y hasta en hipermercados) y señala como momentos de peligro (además de la aplicación) el almacenaje, la preparación (dilución) y el desecho de envases. "Es necesario redactar leyes efectivas, adaptadas a la realidad. Se requiere sensibilidad, atención y valentía para prohibir los productos más tóxicos, restringir el uso de los que posen menos impacto y controlar todas las etapas, desde la fabricación pasando por la comercialización, el uso hasta el desecho de envases de estos tóxicos", afirma el investigador.


–Los impulsores del actual modelo agropecuario aseguran que el uso de agroquímicos implica mayor producción. Suelen argumentar que sin plaguicidas y herbicidas, habrá más hambre en el mundo –observó Página/12.


–Con la enorme cantidad de plaguicidas que se utilizan en el mundo, el problema del hambre hoy es una realidad tangible y comprobable. El problema del hambre tiene raíces políticas y no se resuelve sólo con aplicar tecnologías. Un caso testigo es la Argentina, con sus 270 millones de plaguicidas utilizados año tras año y su producción agrícola cercana a las 90 millones de toneladas, posee cerca de un 30 por ciento de su población bajo la línea de pobreza. Esto es porque se producen alimentos para animales y máquinas –los agrocombustibles– y no se producen alimentos para seres humanos.