miércoles, 29 de abril de 2009

Legislacion

Convención de Estocolmo sobre los COPS se convierte en ley internacional, iniciando una lucha global para eliminar 12 tóxicos peligrosos

17 de Mayo de 2004 /RAP-AL Noticias - La Convención de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), firmada en el 2001, entró en vigor hoy 17 de mayo. Con esta medida - el convenio es ahora jurídicamente vinculante- se da inicio a un gran esfuerzo internacional para terminar con la contaminación global del planeta, con el fin de eliminar del mundo las sustancias más peligrosas; los PCBs, dioxinas y furanos, así como nueve plaguicidas extremadamente tóxicos por sus efectos crónicos y ambientales.

La Convención fue adoptada bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente(PNUMA). Reconoce que los contaminantes orgánicos persistentes tienen propiedades tóxicas, son resistentes a la degradación, se bioacumulan y son transportados a largas distancias, acumulándose en ecosistemas terrestres y acuáticos. Asimismo, admite que provocan problemas de salud - especialmente en países en vías de desarrollo- resultantes de la exposición local a los COPs, en particular los efectos en las mujeres y, a través de ellas, en las futuras generaciones.

Para la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina (RAP-AL), el Convenio de COPs es uno de los más importantes tratados internacionales ambientales relacionados con plaguicidas, no sólo porque el objetivo del convenio es proteger la salud humana y el medio ambiente frente a plaguicidas clorados extremadamente tóxicos, sino también porque incorpora en la parte operativa del convenio el enfoque precautorio o el Principio de Precaución.

Por tanto, si los países cumplen con lo establecido en el convenio, desarrollando en forma adecuada, seria y oportuna los Planes Nacionales de Implementación (NIP), estarán trabajando global y solidariamente para salvar vidas, evitando así seguir acumulando una carga tóxica en los organismos e hipotecando la salud y el futuro de las nuevas generaciones, en especial de los habitantes de los países más pobres. También es un gran paso adelante para proteger el ambiente y las especies silvestres, muchas de ellas en extensión o gravemente amenazadas por los COPs, como es el caso de aves ( halcones, cóndores, águilas, lechuzas) y mamíferos marinos (ballenas).


De todos los contaminantes descargados al medio ambiente por las actividades humanas todos los años, los COPS se encuentran entre los más peligrosos. Durante décadas estos productos químicos altamente tóxicos han matado y enfermado a los seres humanos y a la fauna. Contribuyen a desarrollar cánceres y afectan los sistemas nervioso, hormonal, reproductivo e inmunonológico. También han causado innumerables defectos de nacimiento y daño permanente de la capacidad intelectual.

La primera reunión de los países firmantes y partes del Convenio (Conferencia de las Partes) se llevará a cabo en Punta del Este, Uruguay, durante la primera semana de mayo de 2005.
Esperamos que los gobiernos inicien con urgencia las acciones contra los COPs y cuando se reúnan en Uruguay puedan agilizar esfuerzos para:

- Eliminar los productos químicos carcinógenos conocidos como dioxinas y furanos, los cuales son producidos de manera no intencional como subproductos de la combustión. Aunque muchas de las mejoras requeridas en las tecnologías y procesos pueden resultar costosas, particularmente para los países en vías de desarrollo, el convenio contempla ayuda técnica y financiera para implementar los planes nacionales.

- Proveer asistencia a los países que se encuentran en regiones donde persiste la malaria para sustituir el DDT por alternativas cada vez más seguras y eficaces. Hasta tanto dichas alternativas sean aplicadas, la Convención permite a algunos países, que solicitaron exenciones cuando se negociaba el convenio, continuar utilizando el DDT solamente para combatir la malaria, siempre que no disponga de alternativas locales seguras y eficaces. Los países deben hacer esfuerzos y desarrollar estrategias para eliminar finalmente el uso de DDT en campañas antimalaria.

- Apoyar esfuerzos realizados por cada gobierno nacional para desarrollar un plan nacional de aplicación. Mas de 120 países en vías de desarrollo han iniciado la elaboración de dichos planes con el apoyo financiero del Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

- Medir y evaluar los cambios en los niveles de COPs en el medio ambiente y en los seres humanos y la fauna para confirmar si la Convención esta realmente logrando reducir las descargas de COPs al medio ambiente.

- Establecer el comité de revisión de los COPS para evaluar productos químicos y plaguicidas adicionales para ser añadidos a la lista inicial de 12 COPs.

- Finalizar las directrices para promover las "mejores prácticas ambientales" y las "mejores técnicas disponibles" que puedan reducir y eliminar las emisiones de dioxinas y furanos.

Además de prohibir el uso de los COPs, el tratado se centra en la limpieza de las acumulaciones, en aumento de existencias no deseadas y obsoletas de plaguicidas, y productos químicos tóxicos que contienen COPs. Actualmente, vertederos y tambores que contienen tóxicos acumulados entre los años cincuenta y setenta se están descomponiendo, lixiviando productos químicos en los suelos y contaminado los recursos hídricos, la vida silvestre y la gente. La Convención también requiere de la disposición de los PCBs y los desechos que contengan PCBs.

Todos los seres humanos en el mundo portan en sus cuerpos trazas de COPs. Los COPs son compuestos altamente estables que pueden permanecer por años o décadas antes de descomponerse. Circulan globalmente a través de un proceso conocido como el "efecto del saltamontes. Los COPs emitidos en un lado del mundo pueden, a través de un proceso repetido de evaporación y de depósito, ser transportados a través de la atmósfera a regiones lejos de la fuente original.

Afortunadamente existen formas de producción limpia y alternativas para la mayoría de los COPs. Sin embargo, por políticas públicas erradas o escasa voluntad política de los gobiernos para enfrentar los problemas ambientales y sociales, los altos costos, la falta de conciencia publica, y la ausencia de infraestructura y tecnologías adecuadas, no se habían adoptado medidas efectivas para atacar el problema en su raíz.
RAP-AL, como miembro de la Red de Eliminación de Contaminantes Orgánicos Persistentes (IPEN) y como organización de la sociedad civil que lucha por la reducción y eliminación del uso de plaguicidas ha estado involucrada desde sus inicios en todo el proceso negociación y firma del Convenio de Estocolmo. En este marco, además, hemos realizado anualmente desde el año 2001, seminarios, talleres y reuniones en América Latina -Mesoamérica y el Caribe, Región Andina y Cono Sur- los "Diálogos ONG/ Gobiernos para el monitoreo del Convenio de Estocolmo".

En ocasión de la entrada en vigencia del Convenio reiteramos nuestro llamado a los gobiernos a ratificarlo y demandamos que todo el proceso de elaboración, aplicación y monitoreo del plan nacional se caracterice por tener mecanismos claros que aseguren:

1) Participación ciudadana y acceso público a la información. Esta participación institucionalizada debe tomar especialmente en cuenta la consulta y cooperación de grupos de mujeres y especialistas en salud. Los inventarios de COPs, la información sobre las fuentes que liberan COPs al ambiente, los sitios contaminados, etc., debe ser una información disponible y de fácil acceso.

2) Transparencia, tanto en sus fases de elaboración, ejecución y evaluación como en los aspectos económicos.

3) Prevención y el remedio, con un fuerte intercambio de información entre los países y que promueva las "Mejores Prácticas Ambientales" y las "Mejores Técnicas Disponibles". Con medidas efectivas para el combate al tráfico ilegal de COPs y monitoreos de alimentos y leche materna, y carga corporal de contaminantes. Con mecanismos de revisión y adición de nuevos COPs al Convenio y de limpieza de sitios contaminados.

4) Promoción de alternativas a los plaguicidas y a la incineración. Incluyendo alternativas a la quema de residuos en hornos cementeros, para el tratamiento de los desechos y las existencias acumuladas de COPs obsoletos de acuerdo a los artículos 3,6 y 9 del Convenio.

Por último, demandamos a los gobiernos establecer mecanismos de apoyo para la defensa legal y la compensación de daños sufridos por personas y comunidades afectadas por los COPs. Los costos a la salud y el ambiente deben ser asumidos por el que contamina.

En América Latina, hasta ahora solo 5 países han ratificado el Convenio de Estocolmo: México (10.2.003), Panamá (5.3.03), Bolivia (3.6.03), Paraguay ( 01.4.03) Uruguay (9.2.04).
En Chile se encuentra en trámite en el Congreso de la República y en Perú ha sido aprobada por el Congreso, faltando la publicación en el Diario Oficial.

Mayores informes:  RAP-AL: rap-al@terra.cl; rapam@prodigy.net.mx
Fuentes: UNEP/ RAP-AL

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