martes, 26 de abril de 2011

EDITORIALES


EDITORIAL RECICLANDO Año 2002


OPINION
En estos días es común escuchar por los medios de comunicación argentinos y del mundo, acerca de cómo puede ser que en un país donde se produce comida para 300 millones de personas encontremos gente con hambre.

 

Y cuando uno ve la foto que ilustra este artículo, realmente no sabe qué hacer ni cuál respuesta dar ante tal situación.
En general la respuesta se centra en un solo responsable, la corrupta dirigencia política (y esto es cierto), pero hay otro tema, del que casi nadie habla, y es que el modelo de producción no está diseñado para darle de comer a la población de Argentina, sino para alimentar al sistema. SE PRODUCE PARA QUE UNOS POCOS HAGAN GRANDES NEGOCIOS Y SE LLENEN DE DÓLARES Y NO PARA QUE LA GENTE COMA.
Este modelo desarrollista pudo funcionar pero hoy, en esta globalización capitalista, hace agua por todos lados. Está claro que no se trata de justificar a los políticos corruptos, deben desaparecer, pero sin corrupción lo que aseguraríamos sería cierto asistencialismo de urgencia, necesario, pero con esto no generaríamos trabajo, ni una sociedad más justa, en la que la gente pueda satisfacer sus necesidades mínimas y alejarse del hambre.
En esta grave situación social vemos el oportunismo de los defensores del modelo productivo reinante que salen a regalar productos transgénicos a los pobres para así blanquear un producto cuestionado ¿cómo se hace para que un hambriento no avale con su consumo estos productos?.
Esto es una prueba del fracaso del modelo productivo vigente basado en: grandes extensiones de tierra, mucha tecnología de punta, agrotóxicos, transgénicos, industrialismo, poca mano de obra, y grandes ganancias para los poderosos grupos económicos.
¿Y CUÁL ES EL ÉXITO DEL MODELO, SI POR EL OTRO LADO TENEMOS MILLONES DE HAMBRIENTOS?, ¿al servicio de quién están los adelantos científicos y tecnológicos?.
Del hambre se sale con otro modelo social basado en un modelo productivo distinto, donde la prioridad sea que la gente coma, y no exportar para hacer negocios.
Donde lo prioritario sea que la gente trabaje, y no que se tecnifique para eliminar mano de obra.
Donde no se manipulen seres vivos para optimizar las ganancias de los poderosos.
Cuando hablamos de fracaso nos referimos a la gente común, porque los que lucran ganan cada vez más, y a éstos poco le importan los chicos como el de la foto.

Francisco Sangiuliano

Artículo publicado en la revista Reciclando Nº 8. Año 2002

Editada por el T.E.S. "Chico Mendes".
Foto de Julio Pantoja/Infoto.

 


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